En estado salvaje

Los diablos se reúnen atraídos por el olor de la carroña. Los diablos deciden quién come qué y cuándo. Los diablos gruñen. Resoplan. Ladran. Cada uno de estos sonidos tiene un significado diferente. Muchas veces se ponen agresivos ante la comida. Y aquí es donde empiezan los problemas.

Los diablos de Tasmania utilizan su excelente sentido del olfato para escapar de sus predadores y localizar a presas y carroña.

Estos diablos de Tasmania hablan durante la cena.

Una crisis en Tasmania

En 1996, un fotógrafo sacó una foto de varios diablos. Vio que tenían algo raro en la cara. Enseñó la foto a unos científicos. Descubrieron que los diablos tenían un extraño tipo de cáncer. Se transmite de diablo a diablo al morderse entre ellos. Muchos diablos mueren por este cáncer.

El cáncer entre los diablos de Tasmania se extiende al morder un animal enfermo a otro sano.

Proteger a los diablos

Los científicos querían ayudar. Empezaron criando diablos sanos en un lugar seguro. Estos diablos no tenían cáncer.


Además, capturaron algunos para estudiarlos. Tomaban notas sobre su estado de salud y los soltaban.

cría de diablo de Tasmania

Los programas de cría en cautividad consiguieron que los diablos sanos siguieran con vida.

Este diablo es puesto en libertad por los científicos para controlar la salud de la especie.

Los científicos trabajan en el laboratorio para crear una medicina que cure a los diablos enfermos. Algunos se están curando por  solos.


Todo el mundo quiere que se recuperen. ¡Los diablos de Tasmania son importantes!