Hay una especie de gorgojo joya llamada Pachyrhynchus reicherti. Es de color negro con motas. Sus élitros están juntos. Este gorgojo es demasiado duro para ser masticado. Sus colores intensos y motas indican a los predadores que se alejen.

Cuando Cabras vio por primera vez el Metapocyrtus willietorresi, una nueva especie, creyó que era el Pachyrhynchus reicherti. Tenía colores y motas similares. Y también tenía sus élitros juntos. Y tampoco era la comida ideal para sus predadores. Pero, entonces ¿por qué uno de ellos imitaba al otro?

Se trata de una estrategia conocida como mimetismo mülleriano. Se produce cuando dos especies igualmente dañinas evolucionan hasta parecerse entre sí. Envían señales claras a sus predadores de que se alejen.

Un tercer escarabajo, el Doliops daugavpilsi, se parece mucho a los otros dos. Pero se trata de un escarabajo longicornio. Su cubierta exterior es blanda y fácil de morder para los predadores. Tener el mismo color y motas que los gorgojos, aporta seguridad a los longicornios. Su aspecto peligroso espanta a los predadores. Se trata del mimetismo batesiano.