Solo hay ornitorrincos en Australia. Forman parte de un grupo de mamíferos ovíparos llamados monotremas.  

Hace millones de años, hubo bastantes especies de mamíferos similares a los reptiles. Tenían pelo y, como los mamíferos, amamantaban a sus crías. En la cara, tenían un pico de ave. Y tenían forma de lagarto. Al igual que los lagartos y las aves, ponían huevos. Con el paso del tiempo, casi todos los mamíferos ovíparos desaparecieron. Hoy solo quedan dos: el ornitorrinco y el equidna.

¿Qué es lo primero que te llama la atención del ornitorrinco? ¡Su cara de pato! Sin embargo, su pico es muy diferente al de cualquier ave. Es flexible y esponjoso. Es suave y aterciopelado. Esto ayuda al ornitorrinco a orientarse bajo el agua. ¿Cómo? Sus células nerviosas son sensibles al movimiento, a la presión y a la electricidad.

El pico tiene también receptores sensoriales mecánicos. Se activan al tacto o por presión. Pueden detectar el más mínimo movimiento en el agua. Por ejemplo, pueden detectar larvas de insecto o de crustáceos a varias pulgadas de distancia.

El pico del ornitorrinco tiene otros dos tipos de células nerviosas. Les permiten captar leves señales eléctricas. Son señales que generan los músculos de sus presas. ¡Las larvas y los crustáceos no tienen escapatoria!

Para sobrevivir, el ornitorrinco debe conservar calor y mantenerse seco. Hasta en los días más fríos del año, el ornitorrinco se zambulle en el agua para cazar.

Este animal está diseñado para conservar el calor en agua fría. Está recubierto de dos densas capas de pelo. El aire queda atrapado entre estas dos capas. Así mantiene el calor dentro y el agua fuera.