Es mediodía frente a las costas de Cancún, México. Estás en un barco a punto de sumergirte en un arrecife. Haces una última comprobación de tu equipo de buceo antes de dejarte caer hacia atrás en el agua fresca.


A medida que ganas profundidad empiezas a vislumbrar algo cerca del fondo marino. Sigues bajando a casi 10 metros (32 pies). Y allí te encuentras cara a cara… con otra cara. Y no es un buceador… ¡es un rostro de piedra! Forma parte de una estatua y está cubierta de racimos de algas y pequeñas incrustaciones de coral.


Esta no es la única estatua que te encuentras. Hay muchas, y todas ellas están rodeadas de vida marina. ¿Qué significa todo esto?


Pues que acabas de sumergirte en el MUSA, un museo submarino de 500 esculturas. Este lugar es un arrecife artificial. Fue creado para proteger varios de los arrecifes de coral de México, dañados por las tormentas, las anclas de los barcos y el turismo.

Cerca de los arrecifes de coral viven catalufas como estas.

Valiosos arrecifes

Nuestros océanos cubren el 71 por ciento de la superficie terrestre y contienen el 97 por ciento del agua del planeta. Los océanos nos permiten respirar nuestro aire, así que dependemos de ellos, vivamos donde vivamos. Para empezar, las plantas oceánicas generan la mitad del oxígeno del planeta y las aguas marinas absorben casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono producidas por los humanos. Además, los océanos regulan el tiempo atmosférico e intervienen en el ciclo del agua.

A los arrecifes de coral se les conoce a veces como “las selvas del océano”. Son las estructuras vivas más grandes de la Tierra y ejercen una función clave en la salud de nuestros océanos. Los arrecifes también protegen las costas de las marejadas ciclónicas y las mareas altas.


Los arrecifes suministran alimentos, cobijo, protección y zonas de desove a miles de especies de peces y organismos marinos. Los arrecifes son zonas de estudio para diversos tipos de científicos; por ejemplo, los que estudian el cambio climático. Además, en los arrecifes quizá se escondan nuevos tipos de medicamentos. Algunos compuestos químicos sacados de especies de arrecife de coral ya han sido usados para tratar muchos tipos de infecciones y enfermedades. Y millones de personas en todo el mundo dependen de los arrecifes de coral como fuente de alimento y de ingresos procedentes de la pesca.

Este arrecife natural del Mar Rojo tiene una abundante vida marina.

Arrecifes en apuros

Lamentablemente, la creciente acción humana está sometiendo la salud de nuestros océanos y sistemas de arrecifes a una enorme presión. Las principales amenazas son métodos de pesca destructivos, el turismo descontrolado, la contaminación y el cambio climático.


Aquí en Cancún, México, la industria del turismo trae cada año a más de 400,000 personas a los arrecifes de coral. La mayoría de ellos son buceadores novatos que causan más daños a los arrecifes que los buceadores más experimentados.

La pesca con detonaciones de dinamita dañó este arrecife.

El Parque Nacional Marino de Cancún creó el Museo Subacuático de Arte, MUSA, con el objeto de desplazar a la gente de los arrecifes naturales a los arrecifes artificiales. El plan está funcionando. El 40 por ciento de las personas que hubiera visitado arrecifes naturales, ahora acude aMUSA; y de estos, el 95 por ciento son principiantes. Esto quita mucha presión a los arrecifes naturales. Puede que los arrecifes estén en peligro, ¡pero existen soluciones!