Arrecifes accidentales

Algunos arrecifes artificiales no se planifican. Estos arrecifes se forman a partir de objetos que no estaban diseñados para ser hundidos. Aviones que se estrellan o barcos naufragados pueden convertirse sin quererlo en arrecifes artificiales.


En el Mar Rojo hay un lugar llamado Sha’ab Abu Nuhas. Se trata de un arrecife de coral de forma triangular frente a las costas de Egipto. Las aguas en torno a este arrecife son peligrosas de navegar; tanto es así, que se considera un cementerio de barcos.

ÁFRICA

Mar Rojo

El pecio del Giannis D yace de costado recubierto de corales y de algas.

Hay enormes barcos naufragados al norte y al sur de este arrecife. Todos estos barcos golpearon el arrecife y tuvieron el mismo final. Tras hundirse, se deslizaron por una pronunciada ladera y quedaron semienterrados en la arena. El Giannis D fue uno de esos barcos. Era un gran buque mercante que llevaba madera de Croacia a Yemen. Encontró su final en 1983 al penetrar a toda máquina sobre el arrecife Sha’ab Abu Nuhas. La tripulación abandonó el barco que logró mantenerse a flote durante seis semanas. Finalmente, una tempestad partió el barco y se hundió en pedazos. 


Han cambiado muchas cosas desde los casi 40 años en que el Giannis D se fue a pique. Si buceas en esas aguas encontrarás el esqueleto de un barco recubierto de formaciones coralinas. Los corales atrajeron a tortugas carey, que se alimentan de ellos. Si vas a la sala de máquinas, quizá te encuentres un banco de peces de cristal. Anguilas y peces Napoleón se deslizan por los pasillos.
Los delfines patrullan el exterior del naufragio.
Es posible que este no sea el lugar adecuado para el Giannis D, pero no importa. El océano lo ha reclamado como propio.

Crear un hogar

En el fondo del Mar Rojo también encontrarás el S.S. Thistlegorm. Era un carguero de la marina mercante británica. Fue hundido por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial cerca de Ras Mohammed, ante las costas de Egipto.


El barco llevaba suministros de guerra: bombas, minas antitanque y fusiles. También transportaba camiones, vehículos acorazados, más de 100 motocicletas y dos locomotoras de vapor. Todo este cargamento sigue en el fondo del mar.

Un buceador observa una sección del S.S. Thistlegorm.

Un futuro de esperanza

Qué raros se ven todos estos objetos ahora, recubiertos de incrustaciones de coral. En el barco hundido ahora viven atunes, barracudas, peces murciélago, morenas, peces león, peces escorpión y tortugas marinas. El barco se ha convertido en su hogar.


Nada podrá reemplazar un arrecife natural. Y aun así los arrecifes artificiales compensan parte de los arrecifes naturales perdidos. Con el paso del tiempo, las comunidades marinas prosperan en estos inusuales entornos.

Una tortuga carey se alimenta de los blandos corales rojos pegados a los restos del Giannis D.

Este arrecife artificial está lleno de vida.