¡Qué hermosos son los lagos! Son ideales para pescar, nadar, remar... O quizá no tanto. Los hay a lunares, otros son tan salados que podrían abrasarte la piel; estas masas de agua son francamente extrañas.

Lunares salinos

Asómate al lago Spotted, o lago moteado, en la Columbia británica. ¿No te recuerda a uno de tus pijamas de lunares favoritos?


El lago Spotted se forma por el agua embalsada en uno de los desiertos de Canadá. Es un lago sin salida. El agua que fluye a él es rica en minerales. Pero no va a ninguna parte. En verano, la mayor parte del agua se evapora. Y deja pequeñas pozas de salmuera.


Las primeras naciones indígenas del Canadá creían que el lago tenía poderes curativos. ¿Te sientes mal? ¡Pues al agua patos!

Lago Spotted, Columbia Británica, Canadá

Lago Natrón, Tanzania, África

flamencos

¿Infierno o paraíso?

No hagas planes para ir al lago Natrón, en Tanzania. En la temporada seca, la mayor parte del agua se evapora. El agua del lago quema más que el agua del baño, y las bacterias la tiñen de rojo. Y es tan salada que te abrasa la piel.


Por si fuera poco, tienes que competir con millones de flamencos. Aquí están tan contentos. Construyen sus nidos en el lago. Las aguas tóxicas que los rodean mantienen a sus crías a salvo de los predadores. ¿Que qué protege a los flamencos? ¡La piel gruesa de sus patas!

Un lago extremo

Enorme, feroz, bello y frío. Así es el lago Baikal, en Rusia: el más profundo de la Tierra. Tiene más de 1,000 metros de profundidad (unos 3,200 pies) y una longitud de 636 kilómetros (395 millas). Este gigantesco lago contiene una quinta parte de toda el agua dulce del planeta.


El lago Baikal también es el más antiguo de todos. ¡Veinticinco millones de años! Acoge a más de 1,500 especies, algunas de las cuales solo viven en esta zona. Una de ellas es la nerpa, la única foca de agua dulce de la Tierra.

Lago Baikal, Rusia

nerpa