Sailing stones

Una gran roca asoma sobre una costra de barro seco. Sería imposible levantarla. Y sin embargo, la roca se ha movido. Una senda muestra el camino que ha recorrido. 


Y esa no es la única roca que "camina". En esta parte del Valle de la Muerte, en Norteamérica, las rocas no saben quedarse quietas. Las sendas se cruzan en el barro agrietado del lago seco.


Algunas rocas se mueven en línea recta. Otras "caminan" en parejas. Y las hay que zigzaguean de un lado a otro, dejando un rastro irregular. ¿Cómo se moverán? Nadie lo ha visto. Es un misterio.

Estas grandes rocas zigzaguean por el Valle de la Muerte en California, EE UU.

NORTEAMÉRICA

Valle de la Muerte

Un hombre fotografía las rocas y las sendas que dejan a su paso.

En busca de una causa

La gente lleva años preguntándose cómo se mueven estas rocas. Y hay teorías de lo más variopinto. Hay quien dice que las rocas son mágicas. Otros, que hay algún bromista moviendo las rocas por la noche.


Los científicos buscan una teoría más lógica. Y basada en evidencias.

Las fuerzas de la naturaleza

Una de las primeras teorías fue que las rocas se movían por gravedad. La gravedad es una fuerza de la naturaleza. Tira de las cosas hacia abajo. Pero las rocas se movían cuesta arriba. Así que la gravedad no podía ser la respuesta.


Otra teoría propuso que el viento empujaba las rocas. Los científicos pusieron a prueba esta teoría. Y demostraron que incluso ni los vientos más fuertes eran capaces de moverlas. Había que buscar otra explicación.

Este vídeo muestra la senda que deja a su paso una enorme y pesada roca.

Una fría pista

Los científicos se dieron cuenta de un detalle importante. Las rocas solo se movían en invierno, cuando esta zona se inunda de agua. Una bióloga decidió analizar el agua.

Y descubrió unas bacterias viscosas. Esa viscosidad hacía que el suelo se volviera resbaloso. Un viento no demasiado fuerte podría mover las rocas.

Un experimento

Otro científico tuvo una idea diferente también basada en el agua. Sabía que el hielo flotaba. ¿Y si el hielo hacía también subir a las rocas?


Para probar su teoría, congeló una roca sobre una bandeja con arena y agua al fondo. Aunque solo un poco, el hielo levantó la roca. ¡Y cuando sopló sobre ella la roca se movió! Y dejó un rastro en la arena.


Las teorías sobre las bacterias y el hielo podrían ser válidas. Sin embargo, nadie ha visto aún moverse las rocas. Así que el misterio no está del todo resuelto.

El científico Ralph Lorenz, de pie, cerca de una zona inundada del Valle de la Muerte.