Labrador

QUEBEC

OCÉANO ATLÁNTICO

TERRANOVA

Gros Morne

Port au Choix

Isla de Fogo

Isla de Gull

Cabo de St.Mary

100 kilómetros

100 millas

NORTE AMÉRICA

Quiero que esto quede bien claro: yo que los caribúes no viven en el mar. Soy bióloga marina y, como tal, estudio la fauna de los océanos. Vivo en una isla llamada Terranova. Forma parte de una provincia del este de Canadá llamada Terranova y Labrador. Mis investigaciones tienen lugar en el Atlántico Norte. 


Naturalmente, no hay caribúes flotando por los mares. Lo que pasó fue lo siguiente. Estaba de visita en un faro histórico de Port au Choix. La vista del océano desde allí arriba es increíble. ¡Mientras daba la vuelta al faro me topé con una pequeña manada de caribúes! Pastaban en calma por los prados del faro.


No me da vergüenza reconocerlo: me quedé boquiabierta. Los caribúes no son fáciles de ver en estado salvaje. Son bastante tímidos y evitan acercarse a la gente. Ver tantos de golpe es todo un acontecimiento. 


Me tiré al piso junto al faro y empecé a acercarme a rastras. No quería perderme aquello por nada del mundo. Con el corazón a mil por hora, agarré la cámara torpemente y tomé tantas fotos como pude antes de que los caribúes advirtieran mi presencia y se marcharan.


Por muy bióloga marina que sea, desde esta isla tengo muchas oportunidades de ver animales increíbles no solo en el mar: también en el cielo y en la tierra. Déjame que te hable de algunos de ellos.

En el mar

De lo que más entiendo es de criaturas marinas. El Atlántico Norte es muy frío y puede ponerse realmente bravo. Aunque vivir en estas aguas parezca difícil, ni te imaginas la cantidad de animales que viven aquí.


El lecho marino está cubierto de anémonas. Son unos invertebrados gelatinosos de vivos colores. Su tamaño oscila entre el de un botón y el de una taza de té, y se aferran a las rocas con fuerza con un pie adherente. Así evitan que el fuerte oleaje las arrastre. Tienen el cuerpo cubierto de unos tentáculos sensoriales. Con esos tentáculos pican y agarran a las presas que se acercan demasiado.

Las aguas de Terranova están Ilenas de anémonas y otras formas de vida.

capelán

Aperitivos marinos

Mientras unas criaturas, como las anémonas, se aferran a las rocas, otras, como los plateados capelanes, nadan libres por el mar. Estos peces son del tamaño de una salchicha y llegan a las costas de Terranova por millones. Son famosos por sus espectaculares desoves. Llegan a miles a las playas de roca, donde ponen sus huevos.

Las capelanes son un delicioso bocado para muchas especies. Como las ballenas jorobadas, por ejemplo. Estas ballenas pasan sus vacaciones de verano en Terranova. Recorren miles y miles de kilómetros desde las aguas del trópico, atraídas por la abundante comida. Se dan auténticos festines con el propósito de almacenar grasas saludables, aquí en Terranova.


Pero estas ballenas no son fáciles de ver. Solo se avistan cuando se acercan a la superficie; es entonces cuando uno puede distinguir sus pequeñas y agudas aletas dorsales. Si consigues ver la cola alzarse sobre el agua, justo antes de sumergirse, puedes considerarte afortunado.

Al sumergirse, la ballena jorobada asoma la cola por encima de la superficie.

bacalao atlántico

Los bacalaos se encargan de los capelanes que logran escapar de las ballenas jorobadas. Yo admiro a los bacalaos porque son unos excelentes predadores. Tienen los ojos muy grandes, el mentón alargado y dos apéndices llamados “barbillones”. Estos barbillones ayudan al bacalao a detectar comida en aguas turbias. Tengo que decir la verdad: yo no descubrí el bacalao en calidad de bióloga. Cuando vives en una isla, muchas veces vas de pesca para conseguir tu cena. La primera vez que supe del bacalao fue en un barco pesquero en la isla de Fogo.