Marissa Cuevas Flores es fundadora y directora ejecutiva de microTERRA, con sede en México.

P: Empecemos hablando sobrzoe los científicos ambientales. ¿Qué te hizo dedicarte a este trabajo?

R: Hay dos tipos de científicos ambientales. Ambos estudian el medioambiente y estudian cómo actúa y los efectos que tenemos en él. El primer tipo se limita a estudiar y observar. El segundo tipo trata de revertir los efectos nocivos de la gente. Y lo hace aplicando los instrumentos que nos ofrece la biología, la química y la ingeniería.


Yo soy del segundo tipo. Necesitaba tener un propósito. Intento arreglar los problemas que veo. Eso me mantiene motivada. En mi opinión, la ciencia siempre ha sido el gran instrumento de la humanidad.

P: ¿En qué problema ambiental centraste tu atención?

R: Alrededor del 70 por ciento del agua dulce se destina a la agricultura y la ganadería. Las escorrentías de las granjas son muy contaminantes. Pero necesitamos de las granjas porque nos suministran nuestro alimento. Esta contradicción no se me iba de la cabeza. Porque no hablamos solo de agua limpia: hay que dar de comer a la gente.


Las aguas residuales de la agricultura y la ganadería tienen mucho nitrógeno y fósforo. Estos nutrientes están presentes en los fertilizantes. Pueden causar zonas muertas en lagos y océanos.

OJO AL DATO:

Cada año se usan en todo el mundo 200 millones de toneladas de fertilizantes para nuestros cultivos. Muchas veces se pone más fertilizante del que pueden absorber los cultivos y ese exceso es arrastrado por la lluvia o el agua de riego.

P: ¿Qué son las zonas muertas? ¿Y qué relación tienen con las aguas residuales?

R: Una zona muerta es una parte de un río, lago o mar donde hay poco oxígeno. Allí no puede vivir nada. Los nutrientes de las aguas residuales hacen que las microalgas se reproduzcan rápidamente. Estas diminutas plantas toman luz solar y dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno.


Cuando agregas nitrógeno y fósforo al agua, las microalgas los absorben. Y forman una biomasa llamada floración de algas.


Las microalgas en no son dañinas. El problema empieza cuando estas microalgas mueren. Las bacterias que descomponen la planta toman mucho oxígeno del agua. Es esto lo que causa las zonas muertas.

alga vista en un microscopio

algas en el agua

P: ¿Cómo decidiste enfrentar este problema?

R: Decidí buscar una forma de suprarreciclar aguas residuales y volver a usarlas. Comprendí que era posible usar microalgas para limpiar las aguas agrícolas contaminadas.

P: Primero te fijaste en las piscifactorías. ¿Qué aprendiste de ellas?

R: Casi todos los acuicultores crían sus peces en estanques artificiales. Los peces generan tantos excrementos que los acuicultores tienen que cambiar el agua de los estanques todos los días. Esas aguas residuales acaban filtrándose a los arroyos, ríos y océanos.

Las piscifactorías deben gestionar sus desechos y mantener a sus peces alimentados.

P: ¿Qué más aprendiste sobre los acuicultores?

R: Nos contaron que el 70 por ciento de sus gastos se destina a comprar comida para sus peces.

Un hombre da de comer a los peces en una piscifactoría.

Ese fue tu "momento eureka". Identificaste dos problemas ambientales: los desechos de la acuicultura y la necesidad de conseguir piensos más baratos para los peces. Fue entonces cuando creaste tu compañía, microTERRA.

Dead zones

Lugar y tamaño

(en kilómetros cuadrados)

 área desconocida

 1 km2

 10 km2

 100 km2

 1000 km2

 10,000 km2

Un exceso de nutrientes puede provocar una floración excesiva de algas. Las algas pueden bloquear la luz que otras plantas necesitan para crecer. Cuando las algas mueren, se descomponen. La descomposición de las algas consume el oxígeno del agua. La falta de oxígeno mata a los animales acuáticos. Este ciclo puede originar zonas muertas. Existen más de 500 zonas muertas en todo el mundo.