En vuelo

La libélula que reconoces revoloteando sobre los campos, no se parece en nada a la ninfa. El cuerpo negro de la libélula macho mide unos 70 milímetros (2.8 pulgadas). Está salpicado de puntos color verde manzana y turquesa. Sus llamativos colores están diseñados para atraer a su pareja. Sus dos pares de alas se extienden de su cuerpo a casi 110 milímetros (4.3 pulgadas).

Una libélula macho de Aeshna cyanea, en vuelo.

Los ojos de la Aeshna cyanea adulta tienen miles de lentes.

En el mundo de los insectos, la visión de la libélula no tiene igual. Sus dos ojos compuestos constan de miles de lentes individuales. La parte delantera de cada ojo controla el vuelo frontal. La parte superior de cada ojo busca presas.


Las libélulas también tienen tres ojos simples. Cada uno tiene una lente simple. Estos ojos simples forman un triángulo entre los dos ojos compuestos. Están conectados con los músculos de vuelo de la libélula. Le dan información sobre la posición de una presa en relación a su cuerpo.

La Aeshna cyanea usa sus dos pares de alas para volar hacia delante, hacia atrás y lateralmente. Puede batir todas sus alas al mismo tiempo o cada una de ellas por separado. Vuela batiendo las alas en forma de ocho. Puede volar a hasta 54 kilómetros (34 millas) por hora.

Aunque las libélulas tienen seis patas, la mayoría no puede caminar.

Esta libélula aeshna está a la caza de insectos voladores.

Temible cazadora

Cuando esta libélula sale de caza, se convierte en una temible predadora. Su tasa de éxito es de aproximadamente el 95 por ciento.

Caza y se come a sus presas "al vuelo". O sea, las atrapa mientras vuelan. La libélula Aeshna cyanea tiene una asombrosa capacidad para interceptar presas en el aire.


Es capaz de predecir a dónde volará su presa. Debe calcular la distancia, la dirección y la velocidad de su presa. La libélula planifica su ataque en cuestión de milisegundos.

La libélula lleva las patas hacia adelante. Sostiene a sus presas con las púas de las patas. Tras descartar las alas, la libélula se come el cuerpo del insecto apresado.


Las únicas dos tareas de esta libélula son comer y aparearse. Dos meses después, muere. Sin embargo, sus huevos permanecen a la espera de empezar su ciclo de vida una vez más.

Las hembras ponen sus huevos en el agua.